miércoles, 13 de febrero de 2013

13 de Febrero 2013


Mientras escribo estas líneas, me encuentro sumergido en un pequeño bote de melancolía. 
Repentinamente, 11:23, siento cierta soledad invadiendo todo mi cuerpo, mi vida, mi mundo. Me siento alejado de todas las personas que conforman mi vida, en este preciso momento tengo miedo, mucho miedo, no sé de que, pero me invade ese sentimiento. Hoy di un "hasta luego" a una amiga, quien parte de Morelia, y justo ahora pienso en esos "hasta luego.." que se tienen que dar en la vida, dar un "Adiós" duele, pero no me siento capaz de darlo, aún no, soy muy joven, un adiós, pertenece a alguien quien se marcha de este mundo, de esta vida. No me he despedido realmente de nadie de mi vida, y aún así si está persona se fuese y se borrara de este mundo, dudo que podría ser borrada de mi mente, cargar con ello, un fantasma suspirando en el cuello durante días y días. 
¿Qué hacer, que solución? Pienso en el camino que sigue adelante, me empiezo a aburrir fácilmente de todo, tengo necesidad de cambiar, de mover, de mirar más allá, más lejos... más... aún más. De gritar, de llorar, de reír... de bailar ridículamente hasta no poder más. Desperté en la mañana, me volví a mirar al espejo y me dije, que todo tenía que seguir, que el mundo tenía que girar y yo con él. Fingí esa seguridad tan cobarde, ya es de noche y el miedo me ataca, pero eso me gusta, me gusta sentir esta sensación, por que sé que algo saldrá de ella... algo bueno, algo malo, algo saldrá. 

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