sábado, 23 de febrero de 2013

Fiestas

Domingo. 1:08 am.
El insoportable olor a humo. El insoportable tiempo que parece volverse eterno. Los gritos. Las parejas arrinconadas besándose. Veamos la hora: 10:58. Aún no, aún no es considerado "aceptable" retirarse de una vez por todas de aquí, entonces das vueltas, una tras otra, encuentras a conocidos, a amigos. Pero no sabes como hablar, peor aún no sabes de "Que", no te preocupas, nada es trascendental, todo, al final, es un festejo banal, donde el alcohol abunda y tu tan solo eres parte de este interminable ciclo. Estas rodeado de aquel oleaje de seres, más gracioso aún, tu formas parte de aquel oleaje.
Bailas. Intentas. Te rindes, pides una cerveza, "Te la invito", sonríes, tu querías pagarla... no merecías recibirla gratis, no has hecho nada bueno por aquella persona, ni siquiera recuerdas sus apellidos, seguramente el tampoco, quizás solo fue un simple gesto de amabilidad, tómalo y déjalo ir. Entonces terminas la cerveza, y de repente son cinco, y de repente estás sintiéndote más alejado de todo. Decides partir, con unos amigos. Sonríes por última vez y descansas. No puedes más. Lo aceptas y decides escribirlo.
1:14 am.

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